Yo decidí quedarme en Venezuela!

Irse o no de Venezuela es un tema álgido que genera polémica en cualquier grupo, entendiendo que vivimos una situación particular que nos ha sacado de nuestra zona de confort y nos ha establecido limitantes amplias que romper. Diariamente nos rodeamos de negatividad, de críticas, de miedo y molestia; pero lo que si les puedo asegurar es que todo pasa. Lo importante no es que pase, sino qué estamos haciendo para que pase más rápido y que las consecuencias no sean desalentadoras, sino un reto que nos permita superarnos a nosotros mismos.

El venezolano ha hecho un ritual de hacer catarsis, por redes sociales y en cualquier lugar al que vayas, ¿qué aporte real genera esto? Está en nosotros cambiar, trabajar por esta tierra tricolor y ponerle límites a los que están fuera de ellos aportando diariamente nuestra mejor versión para devolver a Venezuela su esencia.

Irse o quedarse es legítimo, no soy quién para criticar a aquellos que han necesitado salir en búsqueda de oportunidades y a los que espero regresen algún día; por mi parte soy de los que aposté por quedarme, justamente a una de mis conferencias la titulé “Por qué decidí quedarme en Venezuela" y espero que asistas cuando se lance en abierto. Antes que me tilden de loco o incluso que sufro de exceso de optimismo, quiero darles mis razones.

Importante decirles que no busco convencer a nadie, solo intento que aprovechemos las oportunidades en la crisis que vivimos, porque eso está comprobado, no es qué hacemos sino cómo lo hacemos.

Venezuela te sueño a colores y mi mayor razón es retribuir las oportunidades que me ha ofrecido el país. ¿Se preguntarán cuáles? La gente valiosa que tenemos, con el que conversamos en el ascensor, con la sonrisa de la señora de la esquina, la familia, los amigos. Aunque hoy no es el país que soñamos, es nuestro deber construirlo. Debemos sumar aquí, para nuestro futuro. ¿Cómo lo retribuyo? Quedándome sin quejarme, trabajando y apostando al cambio, creando y formado talento a través de la iniciativa que Karina Montes y yo traemos para seguir construyendo Krecimiento.

Los venezolanos conocemos las reglas de juego, solo debemos aplicarlas y defenderlas. Sabemos qué debemos hacer y qué no; con base en eso tenemos que crear, ser innovadores, generar empatía y sumar valor. En esta tierra nuestra hay muchas oportunidades que solo están esperando por aquellos que sepan surfearlas, porque al final el cambio depende de los que nos quedamos más de los que deciden irse. Simplemente Venezuela necesita de ti, de mí, de todos nosotros.

Además, me vas a decir que no es un país hermoso, con un clima único e increíbles lugares que merecen la pena. Es nuestro deber exigir la calidad de vida que merecemos, trabajar para crear empleos y mejoras, poner la tolerancia como patrón, buscar justicia, crear el cambio en lo que criticamos, sudarnos esta belleza llamada Venezuela. El país lo construye su gente, por eso, ¡no dejemos morir a nuestra Venezuela!

Por esto y más “Yo decidí quedarme en Venezuela”. ¿Y tú qué decides?